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sábado, 9 de enero de 2010

Pescando como antaño (POR JUAN URRUTIA)


Puede que haya quien nos tome por locos, pero cómo disfrutamos con nuestros viejos cacharros.


Pescar con un Sagarra es pescar de verdad, es sentir en tus manos un poco del entrañable pasado de nuestra común afición, la pesca. Por eso me gusta, cuando practico artes tradicionales, acompañarme de alguno de mis fieles carretes.

Juan Urrutia

Pescando carpas o anguilas a fondo, para mí es un auténtico placer escuchar ese sonido inconfundible que nos avisa de que algo grande se mueve en las misteriosas profundidades de nuestro pesquil, el “canto” de la chicharra. Mi lugar predilecto para la búsqueda de estos peces es el tramo bajo del río Nervión, donde ya comienza a ser ría y las aguas dulces se mezclan con las saladas. Es aquí donde la abundancia de alimento hace que buenas carpas y anguilas crecidas sean captura frecuente.


Desde el fondo


Qué gozada cuando un buen pez pone a prueba las virtudes de nuestro Sagarra y nuestra habilidad como pescadores.


La pesca en aguas someras tiene la espectacularidad de ver pronto al pez en enconada lucha contra el pescador, pero prefiero mis fondos de dos ó tres brazas, levantar una buena captura desde varios metros de profundidad es verdaderamente emocionante. Uno trata de adivinar, por las reacciones del animal, de qué especie se trata y no es hasta que, tras carreras varias, es vencido nuestro contrincante, puede verse orillada la pieza. Aquí juega un gran papel el temple del pescador, que puede malograr la captura si se precipita en su afán por ver qué se encuentra al otro lado del sedal.


Buen material, buenos resultados


Vencer una captura de cierta talla depende del pescador, sí, pero también de un equipo robusto y preciso.
Teniendo en cuenta que soy un "pequeñín" de un metro ochenta y dos, podéis calcular el tamaño de esta hermosa anguila.

Claro está que el uso de un equipo fiable es fundamental para llevar a buen término cualquier jornada tras peces robustos. El freno que posee mi Sagarra 51 es de gran potencia, en torno a los diez kilos, pero además se regula con facilidad, girando un poco la rosca se consigue la graduación deseada. Muchos carretes modernos adolecen de frenos con un excesivo recorrido en el mando que los aprieta o libera, muy poco deseable si hemos de tocarlo durante la batalla, aunque esto es poco frecuente. Ligero además, no se cansa el pescador de tener la caña en mano. Fundamental en esos momentos de picadas frecuentes en que uno ha de clavar al toque si no quiere perder la pieza. Por eso, dependiendo del lugar, más por la plomada a usar que por el pez, utilizo un Sagarra 46-2 ó un 51. Con ambos se pueden sacar grandes peces.


A pescar



Nadie sabe cuántas carpas habrán llevado a tierra los ínclitos Sagarra, favoritos de los aficionados a los ciprínidos durante muchos años.

Aunque sé que no es necesario, os animo a confiar en estos viejos amigos y, si bien no usaremos nuestras piezas más raras para la pesca, sí podemos reservar uno ó dos carretes para este fin. Es un auténtico placer disfrutar de nuestro deporte pertrechados con equipos poseedores de tanto encanto y solera. La caña, a poder ser, a tono con el carrete. Yo no me desprendo de mi “mojarrera” de fibra para la mar o de un par de telescópicas con rabiza de fibra maciza, las que veis ilustrando este artículo, para aguas continentales.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también sigo pescando tozudamente con un 80 asa que me va de fábula. Y si algo funciona, ¿para que cambiar?
Los comentarios de los otros pescadores van también en esa dirección. Los de cierta edad recuerdan los Sagarra con nostalgia,y sobre todo lo bien que funcionaban... Pero los regalaron, los perdieron o se los quitaron, y ahora los echan de menos,habiendose de conformar con carretes mas modernos, que indudablemente cumplen su cometido. Pero claro, son otra cosa.

Ramon Coll

Anónimo dijo...

Como siempre, con tu gran "pluma" nos haces sentir deseos pesquiles con un material tan querido como es el carrete Sagarra.
Al igual que tu, yo también disfruto, cuando la vida me lo permite, de horas intempestivas con un 51, la mayoría de las veces, y es por ello que es uno de mis modelos favoritos, pequeño pero a la vez robusto. Desde aqui y reforzándome en tu artículo, os animo a todos los amigos sagarristas a que les deis la oportunidad de volver a ser los reyes del sedal, no sintais únicamente la satisfacción de poseer modelos, de mantenerlos en vitrinas, sino también de reivindicar su grandeza pesquil.

Un saludo. Rubén Alonso. (Barakaldo)

P.D: Me encantaría que nos conocieramos en persona "Marrajo" y más siendo paisanos.

Juan Urrutia dijo...

Gracias por vuestros comentarios, compañeros. La verdad es que me lo paso como un niño con zapatos nuevos con mis viejos cacharros. Rubén, cualquier día nos vemos pescando con nuestros Sagarras alguna mojarra o carpichuela.


Saludos.

Anónimo dijo...

Juan: Te quiero hacer llegar mis felicitaciones por este Tan Buen Artìculo en el cuàl describes con total sencillez la tècnica de pesca de referencia.
Gracias por refrescarnos conceptos tal vez olvidados por el paso del tiempo.

Saludos !

Jorge Omar Santo Scorpino
ARGENTINA