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sábado, 5 de julio de 2008

Cartas Sagarra: “El carrete de pesca por antonomasia en España” por Luis Carlos Prieto

Cartas Sagarra: “El carrete de pesca por antonomasia en España” por Luis Carlos Prieto

Recibimos una carta apoyando a nuestras entrañables máquinas, nada menos que Luis Carlos Prieto, uno de los colaboradores pioneros de la revista Pescamar. En ella nos expone sus impresiones sobre la evolución del material de pesca, donde los Sagarra fueron, son y serán todo un referente de nuestra industria nacional, así como un inevitable retorno a otros tiempos de inolvidables jornadas de pesca. Otro amigo más en nuestro ya virtual club de “Sagarristas”

Texto y fotografías:
Luis Carlos Prieto

Conforme han ido transcurriendo los años, las firmas fabricantes de accesorios para la pesca han logrado adquirir tal nivel de maestría en la elaboración de sus productos que éstos quedan prácticamente desfasados de una temporada para otra.
No obstante, en ocasiones dicha cualificación deja mucho que desear, en parte por el hecho de que nos encontramos en un mundo en el que las empresas tienen forzosamente que crear necesidades entre los aficionados para sobrevivir frente a la feroz competencia.
De este modo, el pescador se topa a menudo con ciertos artículos en los expositores que no son más que burdas réplicas de otras mercancías que gozan de reputada fama, y que tratan de abrirse un hueco entre los más ingenuos o los recién incorporados a estos menesteres.
Los tiempos que nos ha tocado vivir están caracterizados por una tremenda fungibilidad de cuanto se fabrica. Todo tiene una fecha de caducidad, y, si lo sometemos a un uso frecuente, lo más prudente es ir buscándole sustituto con prontitud.


La prensa versada en la pesca deportiva tampoco es ajena a esta circunstancia, y, de hecho, a menudo podemos ver anuncios que glosan con todo lujo de detalles las prestaciones del equipo de última generación que tal o cuál compañía ha lanzado al mercado, aunque estos auténticos ríos de tinta, lejos de aclarar una efectividad real sobre el terreno, no hacen más que marear la perdiz entre el colectivo de pescadores.

En cambio, hasta el momento ninguna publicación se ha detenido a rendir tributo a aquellas primeras manufacturas que supusieron un salto cualitativo en lo que respecta a la pesca en nuestro país.
Éstas, por su parte, se caracterizaban por estar dotadas de una asombrosa simplicidad y de una irrefutable eficacia y, careciendo de cualquier atisbo de belleza en su concepción externa, bastaban, y de qué manera, para poner en seco al más remolón de los peces.
Lejos quedan, pues, los tiempos en los que las varas macizas y las de bambú, así como los antiestéticos molinetes, eran los únicos recursos a los que se podía echar mano. Sin embargo, y a pesar de todos los esfuerzos que tuvieran que acometer, apenas precisaban reparaciones y duraban casi una vida entera.
Pues, bien, uno de los protagonistas de aquellos complicados años, y cuya fama trasciende desde que hace más de sesenta años se lanzara al mercado el primer carrete, fue el ubicuo "Sagarra".



Modelo 46 de Luis Carlos


Por desgracia, el bombardeo al que se ven sometidos los pescadores por parte de la mercadotecnia del sector ha conseguido apartar prácticamente a los carretes Sagarra del panorama de la pesca actual.
No obstante, todavía hay una porción decreciente de aficionados que siguen bobinando sus aparejos con estas lentas pero poderosas máquinas, y la mayoría de quienes los poseen, los aprecian y miman como si fuesen la niña de sus ojos.
Con sumo orden y cuidado, los abren, despiezan, limpian con paciencia benedictina cada rincón de los engranajes, lubrican con detalle cada componente y vuelven a ajustar todas las piezas, dejando a sus máquinas prestas y dispuestas para cuando llegue la acción.
Así, dicha simplicidad y fácil mantenimiento les ha reportado numerosos adeptos, y hay quienes incluso los llegan a considerar los "Rolls-Royce" de los carretes de pesca.
Con todo, cada día resulta menos frecuente escuchar el peculiar bobinado o el potentísimo, inigualado y característico sonido de la carraca del freno de un Sagarra al ceder línea, ante la embestida de una pieza de porte.
Aún así, habrán de pasar varias generaciones hasta que se disipe la huella que aquéllos han dejado en los corazones de pescadores de mediana y avanzada edad. Y es que, por mucho empeño que le pongan los orientales, ninguno de sus artículos podrá alcanzar algún día el honor de ser conocido como "el carrete de pesca por antonomasia en España".
Además de este magnífico artículo y reflexión, publicamos otra carta anterior de Luis Carlos

Hola a Todos: Me llamo Luis Carlos Prieto, y como alguno de los "blogueros", escribo también para "Pescamar". El motivo de mi correo no es otro que felicitaros por tan brillante idea de sacar a los sagarra del cajón y mostrarlos al mundo, algo que, por cierto, no pensaba ni que fuesen tantos modelos ni que desatasen tantas pasiones. En mi caso cuento con 4 (46, junior, super y tarzán), y, salvo el tarzán, 2 son "heredados" y otro encontrado en una balda de una bodega del Bierzo lleno de tierra.
Por cierto, muy acertado publicar los planos de despiece para los modelos que tengo... que alguna pieza estoy buscando, como es el guiahilos (no me corre prisa, pero pretendo encontrar un par de ellos para el super y el tarzán). A ver si alguien me puede orientar sobre este punto, así como del precio de esta pieza crítica.
Una cosa que observo es que muchos pescadores reniegan de estos carretes, aun a sabiendas de que son máquinas que no podrán ser igualadas por los orientales... Menuda sorpresa que se llevó más de uno cuando me puse a darle al spinning con un "super" y un chivo (montados por mí con un molde), y al final fui el único que pescó...2 lubinas como 2 soles. Y el caso es que los tenía abandonados desde que dejé la "pesca de fondo", pero me temo que más de una vez se van a venir conmigo a las peñas, sobre todo los días en que el mar "pegue", que es cuando hay que tirar de material fuerte...Solo añadir que es una pega que no monteis más encuentros tan lejos.


Pese a que vivo en Madrid, me desplazo con regularidad a Bilbao, de donde soy en realidad, a pescar. Si algún día quereis un favor desde cualquiera de estos dos puntos, me teneis dispuesto, como si se trata de comentar cualquier cosa relacionada con estos carretes (alguno ya me tentó para que le vendiera alguno...) A seguir bobinando sin parar -cracracracrara- y que suenen bien los frenos, que los frenos de los carretes que se hacen ahora no montan el jaleo que hace un sagarra un cordial saludo a todos... y que el blog dure muuuuuuucho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido compañero sagarrista bienvenido al club de los nostalgicos espero te encuentres como entre amigos,buen reportaje y sincero hasta la ultima palabra,no puedo estar mas deacuerdo contigo,hay que reconocer que los japos tienen en el mercado unas buenas maquinas de ultima generacion, pero la mas barata de las que de verdad se puede hablar bien de ellas roza los 300 euros, cuando el sagarra mas caro del mercado por ultimo era el "LEVANTE" Y MALAMENTE SUPERABA LOS 100E,a si que no desesperemos,seguro que algun dia algun español con un par, volvera a fabricar unas maquinas dignas de nuestras costas,sin enrollarme mas, decirte que si a un buscas esa ina, en esta web tienes un enlace de pescacoleccion en donde puedes hacerte con una,un saludo y buen verano y mucha pesca a todos nostalgicos.

Anónimo dijo...

Estupendo artículo, Luis. Ciertamente, nos bombardean con publicidad de máquinas no siempre muy eficientes, cosa que no se puede decir de un Sagarra. Bienvenido al Sagarrismo, compañero, me alegra que mantengas vivos a estos viejos carretes al seguir usándolos en su elemento, que es el mar.

Un abrazo.

Juan Urrutia